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Extranjero

 

Tuve un amigo particular, siempre estaba hablando de cosas muy lejanas. Hablar con él era como sintonizar la radio de una galaxia muy lejana, nunca le dije lo que pensaba cuando lo escuchaba hablar, porque aunque me parecía que estaba loco, me hacía pensar en cosas que por mí mismo no podía llegar a imaginar. Siempre buscaba el momento adecuado para soltar sus disparates y la veracidad que sus expresiones comunicaban lo tenían inmediatamente a uno desconectado de la realidad, algunas cosas daban miedo, otras inmensidad, pero siempre llegaba al alma. Desarmaba meticulosamente cada razonamiento lógico y reconstruía un mundo que cambiaba constantemente, hablaba de saltos dimensionales, de mundos paralelos y de seres que habitaban cada uno de ellos. Aunque no podía tomarlos por verdad, mi imaginación se hacía volátil con todas las posibilidades. El lugar más curioso era la morada de Dios, un espacio totalmente vacío de exaltaciones, una calma imperecedera, una absoluta soledad. A lo lejos, millones de millones de luces que se aproximaban lentamente, a las cuales, según este ser particular, se podía viajar constantemente con el fin de ayudarlas a acercarse. “Una tarea difícil”, decía, pero es el fin único cuando ya no queda nada más. Ponía su dedo índice en la boca y dejaba salir una ese constante por un rato “sshh”, mientras sus ojos se ponían saltones, sonreía y con un sonsonete de misterio me decía que el final solo es el comienzo de una nueva luz. Ya casi no le veo, parece andar sufriendo de los vacíos de realidad, según recuerdo, es una enfermedad que les da a los de su especie durante la cual deben recordar su misión y deshacerse de todo sentimiento recogido. Sigo pensando que su mente está algo en desacuerdo con lo que vivimos los humanos, pero últimamente me preocupa que he estado sintonizando la frecuencia anormal sin contar con su presencia. 

Por Andrés Felipe Calle

Edición n.º 23, 25 de febrero de 2016

Andrés Felipe Calle. Escribiré un libro de lo que pienso, he pensado y pensaré para saciar este impulso de teorizar todo lo que descubre mi mente. Comunicador en formación, decodificando el mundo.

 

Lea más textos de Andrés Felipe Calle aquí.

Ilustración de Ruana Rota.

Rápidografo y color digital.

 

Ociólogo de vida, dibujador eufónico y garabateador de reflexiones. La propuesta de Ruana Rota usa la ilustración análoga y el entintado a mano llevados a procesos digitales

para crear situaciones y personajes extraños.

 

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