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A Scanner
Darkly

 

Edición impresa

 

En esta oportunidad abarcaré a profundidad los aspectos más relevantes que integran este filme, partiendo del hecho de que Linklater realiza la difícil maniobra de crear una adaptación poco convencional a la novela de Philiph K. Dick, pero en este caso el director optó por dar una mayor importancia, antes que a la fidelidad narrativa, al profundo análisis de la cambiante psicología de los personajes que intervienen en la historia y todas las dificultades y pugnas que cargan consigo.

 

La película nos transporta a una experiencia sensorial que nos muestra, a medida que vamos conociendo a sus protagonistas, que las realidades se comienzan a distorsionar a la par con el pensamiento y la pérdida de control que tienen ellos, debido al uso de la sustancia M (Muerte).

 

La historia gira en torno a la problemática social más relevante de los 70, el uso irracional de drogas pesadas. Los entornos de la película son matizados con una atmósfera neurótica y desestabilizante. Las alucinaciones y la pérdida de control ante cualquier realidad posible que viven los personajes nos transportan a un mundo lleno de inverosimilitudes de la razón y las sensaciones. Y es en este caso donde el rotoscopiado comienza a jugar un papel disociador, ya que nos envuelve en una intensa amalgama de colores y gráficos que dejan a la ubicación espacio-temporal de los personajes, y de la historia como tal, debatiéndose entre un realismo resaltado por las tonalidades cromáticas y una animación que topa el umbral del Comic Noir.

Por Marcela Álvarez

Marzo 16, 2015

Imágenes tomadas de la película.

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